Siete
Colores.
Un roto.
Notas.
Dos caras opuestas de un dado.
Rojo.
Una sonrisa antes de dormir.
Gracias. Una palabra de siete letras..
"Reconozco que esperar es más fácil cuando sabes que te has ido lejos, sabes que no has perdido posibilidad. Y empujas más los huesos ¿dónde has estado? creo que salí a preguntar por ti, y nadie ha contestado, y me quedo aquí parado. Todos me han mirado y no encaje muy bien que te hayas marchado... Reconozco que esperar no es tan fácil, y es tan grande la ciudad que marea tanta altura y no es tan fácil..."
¿Sabes? he pensado mucho en nosotros. O en ti. Recuerdo cuando nos conocimos. Tú buscabas el mar desde la ventana de tu habitación. La puerta estaba medio abierta y yo encontré una excusa barata para colarme y verte de cerca.
- ¡Pero...!
- Perdón perdón, pensaba que era la cocina...
Había ido a arreglar un grifo que goteaba. Tu madre me dio un dinero que luego gasté en el cine, contigo. ¿Te acuerdas de la película? Yo, del nombre sí, como olvidarlo... pero del argumento nada: no dejé nunca de mirar tus ojos azules.
Y llegó un día en que decidiste enamorarte de mí, si es que esas cosas se deciden. Yo ya me había tatuado hasta las entrañas con tu nombre, ese que nadie sabía. Mi piel era solo una tapadera de un corazón que latía sangre a cada rincón del cuerpo con una misión: esperar a que tú lo tocases.
¿Sabes? Siempre fui un desastre para estas cosas. Y ahora que pienso en ti, a lo lejos, me pregunto si seguirás mirando por la ventana de aquella habitación, frente a frente al azul mar con tu iris azul.