lunes, abril 20, 2009

La Fiera II

Herida y exhausta, La Fiera aguardó en la cueva. Al principio comenzó a alimentarse de los cadáveres mientras se lamía las heridas. Apenas podía moverse. Había perdido demasiada sangre. Había corrido demasiado. Había luchado demasiado. Hasta no tener fuerzas. Sólo por vivir. pero pronto se dió cuenta de que tendría que salir: necesitaba beber. Además, los cuerpos putrefactos de los guerreros empezaban a oler verdaderamente mal.

Tardó mucho más de lo que debiera en salir de la cueva. La pierna izquierda apenas la podía mover. Y tardaría en curarse. Pero salió. Salió y comenzó a alimentarse. Y bajó la montaña. Debía llegar hasta el río. Necesitaba beber. Pero una vez allí, recuperado de su sed, lo vió. El pueblo. Algunos hombres, mujeres y niños del norte. Allí estaban. Aquellos que hubieran celebrado su muerte. Allí.

La Fiera se acercó, sin disimulo. Y atacó, Atacó como lo que es. Atacó sin piedad. No había dolor. No había emoción. Solo las frías y calculadoras ganas de acabar con todos ellos.

Cuando hubo acabado con todos, simplemente, se tumbó. Se durmió. Y descansó.

1 Susurros:

Blogger Alnitak said...

como lo que era...

4:50 p. m.  

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