Miedos

Antes de empezar, decir que este post no tiene ninguna relación con un posible estado emocional momentáneo, de hecho, recuerdo una conversación con una chica hace casi 6 años en la que ya le decía todo esto. Ella (que no ella) casi no entendía nada. La pobre era sólo una cara bonita con la que yo pasaba el rato los fines de semana.
El caso es que desde hace tiempo me da miedo pasar inadvertido, ser uno más... Pero no en el día a día de mi vida actual, no. Más allá. Mucho más allá. Puede sonar pretencioso, arrogante, chulo... me da igual. Pero tengo miedo de morirme y no haber hecho algo (algo bueno... claro) por lo que me puedan recordar las futuras generaciones. Sí, soy un arrogante, pretencioso y chulo: quiero salir en los libros de historia del mañana.
Es una sensación personal, de orgullo propio. No es para que lo vean mis padres, amigos, abuelas, conocidos, ella... No. No tiene nada que ver con eso. Soy yo. Tengo miedo a pasar por esta vida como uno más. ¿Cuantos hombres y mujeres hay en el mundo? ¿Cuantos han existido? ¿A cuantos recordamos? Quizá cien, o mil. Si te pones a estudiar un tema muy concreto, y estudías todos los temas posibles del mundo... no sé... a lo mejor llegamos a un millón (y creo que estoy siendo muy generoso). La proporción es escalofríante.
Quizá sólo es escalofríante para alguien como yo, de un espíritu profundamente Republicano Romano (y también Republicano actual, aunque creo que no viene muy a cuento este tema ahora...), donde todo el mundo luchaba constantemente por la gloria, el éxito, el reconocimiento de los suyos, ser heroes, aclamados por el público... la gloria eterna.
¿Dónde estarán las cenizas de los Pompeyo o Julio Cesar, partícipes en la propia caída de la República de Roma? Da igual, porque nos que nos queda su recuerdo, su esencia. En cierto modo ellos siguen vivos.
Quizá es que sólo le tengo miedo a la muerte, o al menos, un poquito más que los demás.
Pero yo no vine aquí para ser un actor de reparto toda mi vida. Eso lo tengo claro