Luces de colores...

...que distraen la mente y el cuerpo en un espacio breve de tiempo, haciendo que la cruda realidad del día a día haya perdido su sentido porque ahora, cada día es diferente. La posibilidad de conocer tanta gente nueva y ver viejos amigos todo al mismo tiempo hace de mi tiempo un tiempo nuevo. Resulta que ahora la situación no es que haya o no nostalgia de un tiempo pasado. Ni mejor ni peor... simplemente pasado. Lo que sucede ahora es que el tiempo va más deprisa que mi cabeza y todo pasa de forma fugaz. Aprovecho el instante hasta el final. Lo disfruto. Lo mástico. Lo saboreo. Es mio. Y de mucho más, con los que lo comparto. Pero es mio. Porque el sabor de este instante en sus bocas no lo notaré si no soy yo mismo el que lo prueba. Y vivo. Y por un instante soy feliz. Antes de ayer, ayer, hoy... ¿mañana? Quien sabe... Y en el fondo ¿a quién le importa?