martes, agosto 01, 2006

Girando...

Pasa la vida por delante nuestra, mientras, nosotros, estúpidos, nos quedamos mirando como si fuese un gran escaparate y fuésemos comprando cosas. Pero no es así.
Es cierto que la vida gira delante nuestra. Y es cierto también que debemos ir cogiendo aquello que nos gusta de todo lo que nos es mostrado. Pero hay más... mucho más.
Elegir.
Esa es la clave.


La vida es demasiado inmensa. Demasiado. Nunca podremos abarcarlo todo. Nunca. Siempre nos quedará un sitio por conocer. Un bar donde charlar. Un libro por leer. Una mujer de la que enamorarnos...
La inmensidad de la vida nos obliga a elegir continuamente, aún incluso cuando no lo sabemos. Cada día nos ofrece, es cierto, unas 24 horas más o menos... Pero la vida... la vida nos ofrece bastantes menos. Pero mucho más que tiempo.
La vida nos obliga, por ejemplo, a dormir. Algo que podría ser estúpido, una pérdida de tiempo, y de espacio, pues nos obliga a tener que malgastar el reducido espacio de nuestras casas en algo como una cama. La vida nos quita tiempo.
Pero las posibilidades para hacer cosas son tan inmensas que dormir o no, en realidad, da igual. Es como si nos enteramos que el Universo tiene un trillón de estrellas más de las que ahora se conocen. Es estúpido. Y lo es, porque a parte de contarlas, casi no sabemos nada sobre nuestra estrella como para conocer las más de 1000000000000000000000000 (el dato es real, creo) que se han contado hasta el momento. No os hacéis a la idea. Nadie. Yo tampoco. No sois capaces de imaginar cuantas estrellas son esas. Quizá podéis pensar en un cielo estrellado. ¿Pero podrías decir cuantas estrellas hay en ese cielo? O imagina una bandada de pájaros. ¿La tienes ya en la cabeza? ¿Cuantos pájaros hay? Imposible. O el pelo de la persona amada. Podrás imaginarte el pelo en su conjunto. Todo él. Pero te sería imposible decir una cifra.
Creo que me entendéis...
Y mientras nosotros contamos estrellas la vida sigue girando. Y quizá nos ofrece una estrella nueva, o un pájaro más bonito, o el pelo de otro ser querido... creo que me entendéis.
Gira.


La vida gira y nosotros no sabemos que hacer. Elegimos sin saber. Tratamos de convencernos que hacemos cada cosa sabiendo perfectamente que aquello es lo correcto, es lo que nos viene bien, cuando, en realidad, es imposible. Simplemente, saber todas las posibilidades que puede tener una acción insignificante sobre la vida de una persona podría llevarte, si lo estudiases, y paradójicamente, toda una vida.
Entonces ¿cómo saber qué es lo que debemos hacer?
Bueno, el ser humano se ha inventado una gran cosa: el corazón.
A la hora de tomar decisiones es un buen método. No digo que sea el mejor. Pero si cada neurona tuviese que trabajar decidiendo sobre una de las cosas entre las que podemos decidir... la verdad, el asunto tiene pinta de acabar en desastre.
Así que cuando no sabemos que hacer, mientras la vida gira, decidimos con el corazón. Es estúpido, claro. Pero al menos, no tan estúpido como pasarte toda una vida averiguando las consecuencias de todos tus actos.


Y mientras, la vida sigue girando... como una gran noria, delante de nuestros ojos.

Claro que el corazón no sirve para todo. No es un gran escudo que nos proteja de todos los males. Pero al menos es un buen consuelo.
Sentirse con un corazón dentro del pecho (o la cabeza, quién sabe) creo que es una de las experiencias más placenteras que uno puede vivir en la vida.

Quizá en días tristes uno no se acuerde de ese corazón que le ha ayudado a elegir en momentos felices, o que incluso le ha llevado hasta esos momentos felices. Quizá en esos días uno le echa la culpa de muchos de sus males. Pero hacemos mal.... El corazón es un consuelo en esta vida que va girando.

4 Susurros:

Blogger Pow said...

El corazón es un músculo inútil. Eso dicen. Tal vez su única función sea mantenernos con vida. Quizá le estemos dando demasiado importancia.

7:13 p. m.  
Blogger Carlos said...

En estos precisos momentos daría cualquier cosa por no sentir...solamente quiero pensar para poder tomar la decisión adecuada, y no confundirme con artificios de los sentimientos...quizá no sean artificios...la realidad es que si pienso tomo una decisión y si siento tomo otra...pero realmente creo que es por miedo a no poder sentir mas...por miedo al morir del sentimiento...

La peor sensación, y en eso coincido contigo, es la de darte cuenta del vacio interior...no hay otra que te quite las ganas de seguir existiendo...y he vivido muchas sensaciones que te pueden quitar las ganas de vivir...

Siempre que podamos sentir, sentiremos lo malo...pero también lo bueno...

2:11 p. m.  
Blogger Alnitak said...

Y ¿qué ocurre cuando el corazón elige una cosa, y la cabeza otra? ¿qué ocurre cuando sientes y piensas de forma diferente?
¿qué ocurre si un día descubres que no te importa cuantos pelos hay en su cabeza, porque lo çunico que te apetece es besarle, pero sabes y eres consciente de que no es una buena idea? Entonces... ¿también debemos elegir con el corazón?

2:23 p. m.  
Blogger Angus Scrimm said...

Primero, prefiero no pensar en todo lo que hay que conocer, investigar o estudiar. Como es completamente inabarcable me angustio con sólo pensarlo.
Después, creo que la elección se realiza en base a una orquilla tan mínima(el entorno cercano) que las decisiones son más sencillas de lo que puede parecer.

Luego, al corazón hay que hacerle caso, seguirlo ciegamente ya que de una decisión que se toma con el corazón uno nunca se arrepiente.

11:34 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home